A partir del proyecto Granada seguí trabajando con la misma paleta de colores, con Granada he empezado a utilizar una paleta de colores claros, pálidos, carne y rosas. Con este cambio me he dado cuenta que en algunos momentos ya no conecto la pintura con una emoción específica o no la utilizo para expresar una idea, sentimiento o historia. He sido capaz de experimentar la acuarela desde una postura más estética, explorando la composición desde la pintura y los diferentes elementos. Dejando así su interpretación completamente abierta.
Debo decir que la gratificación de ver la pintura acabada es la misma, sea cual sea el proceso previo. La acuarela tiene ese efecto, nunca sabes que has pintado hasta que ella lo decide. Tiene su propio tiempo.
Debo decir que la gratificación de ver la pintura acabada es la misma, sea cual sea el proceso previo. La acuarela tiene ese efecto, nunca sabes que has pintado hasta que ella lo decide. Tiene su propio tiempo.