EL DRAMA DEL NIÑO DOTADO
DE ALICE MILLER

Las vivencias traumáticas de toda infancia permanecen en la oscuridad. Ocultas en esas tinieblas permanecen asimismo las claves para la comprensión de toda vida ulterior.

Todos tenemos un cuarto con nuestros traumas de la infancia. Los únicos seres humanos que con seguridad tendrán acceso son nuestros hijos. Con los propios hijos entrará nueva vida en el cuarto, y el drama hallará su continuación.

El niño desarrollará algo que la madre necesita y que, si bien entonces le salva la vida (el amor de la madre o padre), suele impedirle ser él mismo durante toda su vida. En este caso las necesidades naturales propias de la edad del niño no pueden ser integradas, sino que son escindidas o reprimidas. Esta persona vivirá más tarde, sin saberlo, en su pasado. Es una relación explotadora de la madre.

El niño debe adaptarse para conservar la ilusión de amor, de atención a su persona y bien estar. El adulto ya no necesita esta ilusión para sobrevivir. Puede renunciar a la ceguera y así, con los ojos abiertos, decidir lo que va ha hacer. El niño es sentido como un objeto de propiedad con el cual se persiguen una serie de objetivos, en cuanto se apoderan de él, su crecimiento vital se ve violentamente interrumpido.

Las personas que, de niños, tuvieron que ocultar su verdadero yo ante sí mismas y ante los demás se sienten fuertemente impulsadas a derribar las antiguas barreras, aunque este primer paso hacía fuera vaya unido a un gran miedo. Se trata de buscar la autoexpresión.



Muy pronto me enseñasteis que un niño pequeño no merece ningún respeto, que no es una persona, que, en el mejor de los casos, es un juguete con el cual se puede jugar, pero al que también está permitido amenazar, explotar y maltratar a voluntad, sin cargar por ello con ningún tipo de responsabilidad


Extracto del maravilloso libro 'El drama del niño dotado' de Alice Miller

TÉCNICA
Acuarela sobre papel
PAPEL
Rollo de papel MÅLA (IKEA)
45 cm x 3 m
AÑO
2018
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